Los imanes han desempeñado un papel importante durante siglos desde su uso como brújula o en la acupuntura china. Pero no fue hasta 1820 cuando la corriente eléctrica que ejercía una fuerza magnética condujo a la aplicación generalizada de imanes en la industria.

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Uso de los imanes en la industria

La vida ha cambiado mucho y los imanes son indispensables hoy en día. Por ello, podemos encontrarlos en prácticamente todos los dispositivos eléctricos. 

Mientras que los primeros imanes estaban hechos de hierro magnetizado por magnetita, los imanes modernos se forman a partir de una combinación de materiales ferromagnéticos. 

De esta forma, los materiales magnéticos industriales incluyen imanes de ferrita, álnico y de tierras raras como los imanes de neodimio.

Aplicaciones de Imanes Industriales

Sabemos que el hierro es un buen imán, pero tiene sus limitaciones que incluyen la pérdida de magnetismo, el calentamiento debido a las corrientes parásitas y una fuerza magnética baja. 

Esta es la razón por la que los imanes industriales se fabrican a partir de materiales que resisten el magnetismo, son potentes y tienen una alta resistencia. 

Así es como se usan los imanes en la industria.

Imanes de Neodimio

Los imanes de tierras raras son muy fuertes y reemplazan cada vez más a los tipos de imanes anteriores. 

Los imanes de neodimio son los imanes permanentes más potentes actualmente disponibles, lo que permite el uso de imanes muy pequeños. Estos se adaptan en sensores pequeños, discos duros y equipos de audio en miniatura. 

Otras aplicaciones podrían ser en altavoces, equipos de imágenes médicas, acoplamientos magnéticos, herramientas inalámbricas y como cojinetes magnéticos. La principal limitación es que no se pueden usar a más de 200ºC.