En el mercado náutico se ofrece una gran variedad de cabos para embarcaciones para diferentes usos. Por ello, hoy desde Bezabala vamos a hablaros de los tipos de cabos que existen en el mercado. Una selección que se divide en dos grupos: los que están hechos con fibras o materiales naturales y los que se crean con materiales sintéticos.

Naturales

  • Henequén: Tiene una buena fuerza de tensión y una gran resistencia a la abrasión y a agentes atmosféricos.
  • Manila: Está tratada con aceite, por ello es una soga que se suele utilizar en las petroleras. Puede soportar el triple de tiempo de exposición en la intemperie que la soga sin tratamiento. Además, también por su llamativa estética se utiliza como elemento decorativo.
  • Algodón: Soga trenzada de doce cordeles. Es muy compacta  y  flexible a la vez. Sus usos son múltiples: desde usos náuticos a multiusos como para decoración, atado de cargas, deportes, etc.
  • Sisal: Es la fibra natural con más calidad del mercado. Es muy resistente y se comporta bien contra los agentes meteorológicos.

Artificiales

Los cabos artificiales siempre son la mejor opción. Aunque sean un poco más caros, no absorben suciedad, no se pudren y tienen un punto de fusión muy alto.

  • Poliéster: no flota, tiene muy poca elasticidad, es resistente al sal, resistente a los ultravioleta y tiene buena resistencia al roce y la rotura. Es un cabo muy polivalente y por ello se puede usar para los amarres, las drizas o las escotas.
  • Poliéster trenzado: tiene resistencia, suavidad al tacto, bajo alargamiento y flexibilidad. Se usa para escotas, matafiones o drizas de banderas.