Los imanes han desempeñado un papel importante durante siglos. Por ello, hoy en Bezabala te contamos qué tipos de imanes puedes encontrar en la industria y cuáles son sus aplicaciones.

Imanes de Ferrita

También conocidos como imanes de cerámica, los imanes de ferrita son un compuesto químico de óxido de hierro y varios metales. 

Las ferritas blandas están formadas por elementos de níquel, zinc o manganeso, teniendo baja coercitividad y se usan comúnmente en transformadores e inductores de alta frecuencia. 

Las ferritas duras, que utilizan estroncio, bario y cobalto, conservan su magnetismo. De la misma forma se utilizan en radios, altavoces, microondas, discos y motores de imán permanente. 

Imanes Álnico

Los imanes de Álnico se desarrollaron en la década de 1930 y rápidamente se volvieron comunes. Ofrecen una buena resistencia magnética y soportan temperaturas de hasta 425°C. 

Están compuestos de aluminio, níquel y cobalto, y se utilizan en motores eléctricos, pastillas de guitarras eléctricas, cojinetes y acoplamientos magnéticos, sistemas ABS y en aplicaciones militares y aeroespaciales. Debido a su sensibilidad a la desmagnetización, la forma y la longitud son fundamentales.

Electroimanes

Cuando hay una necesidad de controlar la fuerza magnética se utilizan los electroimanes. Utilizando materiales de baja coercitividad, los electroimanes utilizan bobinas eléctricas para cambiar rápidamente el campo magnético. 

Esto hace que los transformadores de potencia sean factibles, así como los poderosos imanes superconductores utilizados en la levitación magnética, los trenes de levitación y las imágenes para las resonancias magnéticas.

Otras aplicaciones incluyen imanes de elevación, solenoides y relés.