En el corazón de muchos edificios modernos, los ascensores han sido un componente esencial que ha transformado la forma en que vivimos y trabajamos. 

Central para el funcionamiento seguro y eficiente de estos dispositivos verticales está la presencia de cables de acero, un componente ingeniosamente diseñado que ha revolucionado el transporte vertical.

¿Quieres saber más sobre el uso de los cables de acero en los ascensores? Pues hoy te lo contamos todo en el blog de Bezabala.

Historia y evolución

El uso de cables en ascensores tiene raíces en el siglo XIX, coincidiendo con el auge de la construcción de edificios altos. 

Antes de la llegada de los ascensores, los edificios raramente superaban unos pocos pisos debido a las limitaciones prácticas de las escaleras. Fue Elisha Otis quien, en 1853, introdujo el freno de seguridad, permitiendo ascensores más seguros y prácticos.

Composición de los cables de acero en ascensores

Los cables de acero utilizados en ascensores están compuestos por varios hilos de acero trenzados, lo que les proporciona una combinación única de resistencia y flexibilidad. 

La elección de los materiales es crucial, ya que deben soportar cargas significativas de manera constante y, al mismo tiempo, ser lo suficientemente flexibles para enrollarse y desenrollarse alrededor de las poleas.

Funcionamiento y seguridad

En la operación de un ascensor, los cables de acero se enrollan alrededor de una polea motorizada en la parte superior del hueco del ascensor. El contrapeso y el sistema de poleas equilibran el peso, mientras que el motor eléctrico impulsa los cables para elevar o descender la cabina.

La seguridad es una consideración primordial en el diseño de ascensores. En el caso improbable de que uno o más cables falle, los sistemas modernos están equipados con frenos de emergencia que se activan automáticamente, asegurando que la cabina se detenga de manera segura.